Olivia Joules, una periodista de la sección de sociedad de un importante periódico tiene una imaginación desbordante. Tanta que comienza a sospechar que un pretendiente que tiene es nada menos que Osama Bin Ladden
Ficha libro: Título Original:Olivia Joules and the Overactive Imagination Editorial:Plaza & Janés Autor: Helen Fielding. Ilustraciones de Mick Brownfield Traductor: Margarita Cavándoli Nº páginas: 328 págs Precio: 18.50 €
De la autora de esa divertida y surrealista sátira en formato de “novela romántica” llamada El diario de Bridget Jones llega ahora esta novela que tiene como protagonista a una mujer que bien podría ser un cruce entre Bridget Jones, Sydney Bristow (de la serie de televisiónAlias) y Modesty Blaise.
Reportera de sociedad del diario británico Sunday Times, Olivia es enviada a Miami para hacer un reportaje sobre el lanzamiento de una marca de cosméticos a la que acudirán muchas celebridades después de que la dirección del periódico, descontenta con sus noticias fantasiosas de grandes titulares y poca credibilidad.
En Miami conocerá a Pierre Ferramo, un millonario metido a productor de cine de nacionalidad supuestamente francesa. La aptitud de Pierre más que sospechosa en una determinada situación y su extraño acento, entre otras cosas, le harán sospechar a Olivia que Pierre es en realidad Osama Bin Ladden y que se encuentra a punto de preparar un gran atentado. A partir de ahí, se verá envuelta en una trepidante intriga en la que nada es lo que parece.
Los editores han publicitado erróneamente a esta novela como una cosa “para chicas”. Claso error, pues se trata de una gran sátira tanto de Hollywood (algunos de los chistes a costa de actores o directores reales son verdaderamente sangrantes) como de las películas de espías que satisfará a todo tipo de lectores que quieran coger esta obra pasar un rato más que agradable disfrutando de las aventuras de esta heroína imposible que es Olivia. Literariamente hablando, no es una gran obra de ficción, pero Fielding sabe utilizar todos los recursos que tiene a su alcance para mantener el interés del lector con un argumento que combina a partes iguales el humor y la aventura, en donde en cada escena hay homenajes a los clásicos del género del espionaje.
Por otro lado, la novela viene acompañada de ilustraciones de Mick Brownfield, que recrean con corrección la estética pop de aventura de espías de los años sesenta.
Sin duda, una obra entretenida e intrascendente destinada al disfrute de quien se acerque a leérsela.